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jueves, 24 de junio de 2010

EL RECUERDO VIVO DE UN PORTUGUÉS


“No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona”.
José Saramago
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Por: Miguel Gonzales Corrales. ollantayaqp@hotmail.com
El pasado 18 de junio, en la madrugada, a los 88 años de edad, falleció el escritor portugués José Saramago, una de las voces más importantes de la literatura mundial del siglo XX. Hay que saber que la literatura de Portugal tiene un vasto recorrido desde su origen, en la Edad Media, cuando aparecieron poetas como Gonzalo Esmínguez y Egaz Moniz. Luego, llegaría la lírica provenzal. Posteriormente, aparecieron escritores como Sá de Miranda y Gil Vicente hasta la llegada del más clásico: Luis de Camoens, con su poema épico “Os Louisiadas” publicado en 1572.
La literatura portuguesa, discreta, pero rica en contenidos, sobresalió aún más con la llegada de obras de literatos de la más alta calidad artística-social como Antonio Diniz, Francisco Manuel Nacimiento, Anthero de Quental, Oliverio Martins, Fialho d` Almeida y los más conocidos en la época contemporánea: Eca de Queiroz y Fernando Pesoa, a quienes se le une José Saramago, quien publicó su mejor producción literaria tardíamente, a partir de los cincuenta y cinco años.

Saramago, con una prosa mecánica, densa, en la que sólo emplea la coma para diferenciar los aspectos narrativos de los dialogados, es, a mi parecer, único en estilo literario. Ni siquiera “Ulises” de Joyce, con sus alteraciones ortográficas, se le asemeja en la normativa. Una de las prioridades de Saramago en su narrativa fue la de ahondar los problemas cotidianos, comunes del hombre, que podrían considerarse nimios, pero esas minucias tienen su sentido esencial en la vida, que, meditando, expresan mucha preocupación. Esta característica la observamos en todas sus obras, desde su libro de cuentos “Casi un objeto”, hasta sus mejores novelas como en “La balsa de piedra”, “La caverna”, “Los años de la muerte de Ricardo Reis”, “Ensayo sobre la ceguera”, “Ensayo sobre la lucidez”, “El hombre duplicado”, “Intermitencias de la muerte” e inclusive en “El evangelio según Jesucristo”. En esta última, se habla sobre la vida de Cristo, desde los problemas personales de su vida como hombre y que lo recuerda en la cruz, hasta volver nuevamente a su crucifixión y morir. Por este tema, la novela sufrió censura y fue vituperada por la Iglesia Católica.


No obstante, Saramago no sólo escribió reflexiones que ahondan sobre la preocupación del hombre en la vida, sino también nos deleita con una ficción inocente para niños, con un cuento fabuloso, lleno de pureza y esperanza: “El cuento de la isla desconocida”, que, mágicamente, nos lleva a un reino de fantasía. Por estas razones, José Saramago es uno de los escritores más destacados en lengua portuguesa, hecho que fue acompañado con justicia por el Premio Nobel de Literatura en 1998, el primero y único hasta la fecha que se le concedió a Portugal. Nuestro escritor, radicado desde mucho tiempo en la isla de Lanzarote (Canarias, del cual tiene un libro llamado “Cuadernos de Lanzarote”), fue sorprendido por la muerte, dejando su nombre inscrito en los anales de la literatura mundial. El pueblo de Portugal y el equipo de fútbol que juega el Mundial en Sudáfrica le rindieron un homenaje, justamente por lo que él es: ll recuerdo vivo de un importante creador e intelectual.





NOTICIAS LITERARIAS

Premio para Ernesto Sábato en su 99 cumpleaños

Buenos Aires, 24 jun ( ADAPTADO DE EFE).- El escritor argentino Ernesto Sábato fue galardonado hoy, en su 99 cumpleaños, con el premio José Hernández en reconocimiento a su larga carrera literaria y a su compromiso con los derechos humanos.

El premio fue recogido por Mario Sábato, uno de sus hijos, en nombre del escritor, que está prácticamente ciego y vive desde hace años retirado en su residencia de Santos Lugares, en la provincia de Buenos Aires.
"Fue un acto muy lindo y emotivo" reconoció Mario en declaraciones a Efe al término del homenaje en el que participaron personalidades de la cultura argentina como el escritor Mario "Pacho" O'Donnell y la periodista biógrafa de Sábato, Julia Constenla.
Pero según Mario Sábato lo más "emocionante" fue la gran presencia de vecinos del escritor, que hoy quisieron estar presentes en el homenaje pese a que el domingo le brindarán un nuevo reconocimiento en Santos Lugares con la proyección del documental sobre su vida realizado por su hijo.

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